Para poder avanzar en esta respuesta vamos a definir algunos conceptos importantes:

  • Intervalo mínimo: periodo de tiempo que debe respetarse entre las diferentes dosis de una determinada vacuna para lograr una correcta respuesta inmune.
  • Esquema primario: número mínimo de dosis que son necesarias aplicar para proteger a una persona susceptible contra una determinada enfermedad, lo que ha sido determinado en ensayos clínicos realizados durante el desarrollo de la vacuna.
  • Dosis de refuerzo: consiste en la administración de nuevas dosis vacunales después de la serie primaria para aumentar la respuesta inmune y prolongarla en el tiempo.

Algunas vacunas precisan una única dosis (UD) en su esquema primario para generar niveles de anticuerpos protectores contra la enfermedad que buscan prevenir, (por ejemplo, vacuna triple viral). Sin embargo, la mayoría de las vacunas necesitan de la administración de más de una dosis en su esquema primario para lograr ese objetivo, por ejemplo, la vacuna contra la Hepatitis B requiere de dos dosis.

En estos casos, donde el esquema primario de una determinada vacuna requiere más de una dosis, es cuando debemos respetar los intervalos mínimos recomendados que han sido establecidos en estudios experimentales previos. Respetar estos intervalos mínimos evita que la respuesta a una segunda o tercera dosis sea disminuida por la inmunidad generada con la dosis previamente aplicada. Para la mayoría de las vacunas utilizadas los intervalos mínimos entre dosis de un esquema primario son de 4 semanas.

IMPORTANTE: Si por razones de excepción es necesario acortar el intervalo mínimo (por ejemplo, por viaje) el límite máximo aceptado para adelantar la dosis es de 4 días; si se sobrepasa ese “período de gracia de adelantamiento”, 5 días o más antes del intervalo mínimo, esa dosis aplicada se debe considerar como “dosis no válida” debiéndose repetir su aplicación.

Muchas vacunas necesitan dosis de refuerzo o “de recuerdo” para que los anticuerpos persistan a lo largo del tiempo, protegiendo al individuo mientras sea susceptible de padecer la enfermedad. Entre las dosis de la serie primaria y la vacunación de refuerzo también existe un intervalo mínimo, de 2 a 6 meses dependiendo de la vacuna, para que los linfocitos B maduren adecuadamente.

Si este refuerzo no se administra según el esquema de vacunación que indica cada vacuna, la respuesta inmune puede ser menor e insuficiente no brindando la protección adecuada.

Centers for Disease Control and Prevention. Epidemiology and Prevention of Vaccine-Preventable Diseases. Atkinson W, Wolfe S, Hamborsky J (eds.). Chapter 2 General Recommendations on Immunization. 13th ed. Washington DC: Public Health Foundation, 2015. Disponible en: http://www.cdc.gov/vaccines/pubs/pinkbook/genrec.html

Comité Asesor de Vacunas (CAV-AEP). Coadministración de las vacunas entre sí y con otros productos biológicos. Manual de vacunas en línea de la AEP [Internet]. Madrid: AEP; jul/2018. Disponible en: http://vacunasaep.org/documentos/manual/cap-2