Las vacunas son seguras. Todas las vacunas son sometidas a pruebas rigurosas en estudios previos a la aprobación, y se siguen evaluando una vez comercializadas.
Como todo medicamento, tienen eventos adversos esperados. La mayoría son eventos leves, que resuelven solos, sin implicar gravedad ni dejando secuelas.
En muy raras ocasiones las vacunas pueden desencadenar eventos graves, pero en comparación, la posibilidad de sufrir un evento grave, es mayor por la enfermedad prevenible por vacunación, que por la vacuna. Los eventos graves son notificados y estudiados.