Estar sanos o tener una buena alimentación no es suficiente para prevenir enfermedades. Vacunarnos nos protege contra enfermedades que pueden ser graves, dejar secuelas e incluso generar brotes o epidemias.

Cuando nos vacunamos nos protegemos nosotros y a los que nos rodean (no transmitimos la enfermedad), lo que hace que la comunidad este protegida, disminuyan las enfermedades e incluso se puedan eliminar del mundo.